Llegué a Finisterre en Bus desde el Aeropuerto de Santiago de Compostela.
Iniciaba al día siguiente mi peregrinaje de 4 etapas hasta la Catedral compostelana.
Entré en un pequeño Restaurante del puerto, O Pirata, que me pareció acogedor.
Una delicia de marisco y pescado fresco cocinado al momento en este pequeño Bar que tiene la cocina junto a la misma barra. El servicio fue muy rápido y la relación calidad-precio excelente.
Su propietarios es un joven emprendedor que reúne las cualidades más especiales, por su amabilidad, exigencia con su personal y responsabilidad hacia sus clientes. Los platos que ofrece son variados y dependiendo siempre de la obtención de su producto recién llegado del mar.
Muy recomendable.