La oferta restauradora en Santiago de Compostela es inmensa. Hay una gran variedad de Restaurantes y bares de tapeo en la zona de la Catedral. Las cartas son muy variadas y en su mayoría el marisco, el pescado, es fresco y está expuesto a la vista, a modo de reclamo.
Pero la comodidad de cenar en el Parador Nacional de Los Reyes Católicos, donde me he hospedado cada vez que he llegado a fin de camino, es evidente. En el Parador hay dos Restaurantes: El Especia, al que se accede, también, desde la calle lateral al Parador y el Enxebre, también desde el salón junto a la entrada principal al Parador, bajando una escalera que conecta directamente con el Restaurante que, además, tiene acceso directo desde la calle.
En el Especia, el más elegante, ofrecen un Menú Degustación, nada que ver con el Menú de Peregrinos que has comido si o si en la mayoría de etapas, sino que es un surtido de primeros platos muy elaborados, básicamente de marisco, como por ejemplo, Croquetas de Bogavante, o Buñuelos de erizo de mar, entre otras cosas y, de segundo, un pescado a elegir -de lo más fresco-. Todo ello acompañado por un vino «albariño», de la tierra, o un Ribeiro y, en mi caso, ambos….
En el Enxebre, más informal, con su exquisita calidad y amplia carta, hacen un arroz de Bogavante que no tiene desperdicio. Todo el peso perdido en el esfuerzo de caminar mis etapas hasta Santiago de Compostela, cuidando de llevar una dieta equilibrada y baja en grasas, reconozco que, me dejé llevar por la buena comida, la buena mesa y los buenos vinos de esta tierra.
Las carnes gallegas, reconocidas internacionalmente, pasan a segundo plano cuando llegas a Santiago de Compostela. Entrar en el casco antiguo, caminando por sus calles peatonales, llenas de Restaurantes con sus escaparates a modo de pecera, donde las langostas, los bogavantes o las vieiras parecen decirte «BUEN CAMINO», relegan a la ternera gallega al fondo del armario.
Aquí acaba tu peregrinaje. Aquí dejas de desear a la gente con la que te cruzas: «BUEN CAMINO». El contraste de emociones que vives entrando en Santiago de Compostela es indescriptible. Así que mejor ahogar las penas en una buena comida y dejarte llevar por estas emociones hasta la hora de la cena …. Volver a degustar estos platos de alta cocina y buena materia prima que te ayudarán a sobrellevar esta última etapa. Mañana hay que volver a la realidad, mañana hay que volver a casa…..
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