Después de dormir en el Hotel de La Real Colegiata de San Isidoro, difícilmente puedo valorar positivamente el lugar elegido para dormir en Villadangos del Páramo. No querría ser injusta, pero no me queda más opción que ser realista. No hay nada mejor ni nada más en esta población donde finalizar la etapa. Todos conocemos cómo son estos Hoteles en medio de la nada, junto a una carretera.
Suele ser el lugar de descanso de conductores de camiones,pareja en tránsito que no son pareja, o peregrinas despistadas que deciden hacer una etapa corta tras 18 días andando sin parar y
La salida de León se eterniza. Poblaciones del extrarradio que se integran por proximidad a la gran Ciudad, la última urbanización en la colina antes de dejar la ciudad por la que debemos subir absurdamente los peregrinos para seguir el «camino histórico » (?) que nos lleva al siguiente destino. Pero tenemos una variante a la salida de León que, a pesar de ser más larga (casi 5 kilómetros más) es menos monótona. Pero nuestro destino hoy es Villadangos del Páramo, así que la opción más larga no es posible. Deberemos andar junto la N-120 los casi 20 kilómetros que tiene esta etapa.
Después del suculento desayuno en el Hotel de la Real Colegiata de San Isidoro (es carísimo, para lo que desayuno yo, pero con el error del recepcionista, quedó incluido en el coste mi habitación), salgo decidida a caminar con música para distraerme y no oír el tráfico rodado de la N-120 junto a mi camino.
Al llegar al Hotel Avenida III no encontré recepcionista, pero por interfono hablé con el más allá ( el Restaurante de más allá es de los mismos dueños) y me abrieron «por control remoto» y mi llave, me anunciaron que era la 110 sobre el mostrador. – me esperaban?. ….