EL SUB TÍTULO DEL ARTÍCULO:
NOS ENTRARON A ROBAR EN CASA MIENTRAS ESTUVIMOS PEREGRINANDO Y LA DIADA DE CATALUÑA SE MANIFIESTA MÁS QUE NUNCA INDEPENDENTISTA. LA SOCIEDAD CATALANA DIVIDIDA.
Reconozco que he tardado en publicar este reportaje de Septiembre. El motivo es personal. Intento llevar una vida normal, lo que vengo haciendo desde hace años, salir a caminar cada día. Pero es difícil poder llevar una vida normal viviendo en CATALUÑA.
Para empezar, el segundo día de peregrinaje, haciendo la ETAPA DE RABANAL DEL CAMINO A ASTORGA, recibimos una llamada de la empresa de seguridad de la casa donde vivimos (Sant Cugat del Vallés- Barcelona). Nos habían entrado a robar. Como es lógico, la etapa fue más bien trágica. Tanto mi marido, que me acompañaba en esta ocasión, como yo, estuvimos andando y a la vez hablando por teléfono. Al llegar a Molinaseca (25 km) decidimos pedir un taxi para llegar a Ponferrada donde teníamos reservado el Hotel para este día. Como es de esperar, este suceso nos afectó de tal modo que no pudimos disfrutar como debería haber sido de esta experiencia. Al regresar a casa tuve mucho papeleo que resolver con la compañía de seguros, la empresa de seguridad y la policía que estuvo en casa tras el robo y a los que atendieron mis hijos en nuestra ausencia. Ellos tuvieron que instalarse en casa mientras arreglaban la ventana forzada que no fue rápidamente, puesto que, supuestamente, era antipalanca con persianas especiales de alta seguridad y que, también supuestamente, solo se podían forzar con una radial. En definitiva, los ladrones entraron forzando una ventana de seguridad y se llevaron objetos, joyas y otras cosas de mi dormitorio y salieron tan rápido que cuando llegó la policía y la científica, solo pudieron certificar que habían entrado y salido muy rápido y sin dejar huellas. Que el sistema de seguridad no falló pero al ser festivo en Barcelona – era «la Diada»- 11 de Septiembre- la policía iba desbordada y su demora favoreció a los ladrones.
Y en cuanto al motivo más importante por el que no he podido publicar antes es por lo difícil que se hace en Cataluña las relaciones entre amigos, vecinos y familiares que no opinamos lo mismo en cuanto a la INDEPENDENCIA QUE QUIEREN UNOS Y OTROS NO.
Es un tema complejo. Es una situación compleja. Son tiempos muy difíciles en los que Cataluña parece haber perdido la razón, literalmente.
En realidad es cosa de los políticos, pero estos actúan según parece para defender los intereses de los que les votaron y estos intereses parece que ÚNICAMENTE SON PROCLAMAR LA INDEPENDENCIA SI O SI, CON O SIN SOPORTE LEGAL NI RECONOCIMIENTO MUNDIAL.
Para no acabar declarando mi opinión al respecto, cosa que me causaría problemas más allá de los que podría haber tenido al abrir un BLOG del Camino de Santiago A LO PIJO, que, evidentemente, no es la forma que se ajusta a lo habitual, porque no voy a dormir a los albergues del camino, ni llevo mochila de 6 km. en mi espalda. Pero no me ha dado problema alguno el BLOG, así que no querría ahora tener lectores ofendidos o molestos por expresar mi opinión sobre el tema que más me angustia, CATALUÑA. MI TIERRA, LA QUE ME VIO NACER….. adoro Cataluña, hablo catalán, porque lo aprendí de mis padres. Mis hijos ya lo aprendieron en la escuela. Yo soy de la época de Franco, en la que NO ESTABA RECONOCIDA LA LENGUA CATALANA EN LA ENSEÑANZA. Los tiempos cambian y evolucionamos, hay que evitar anclarse en el pasado y dejar que las cosas que pasaron en el pasado sigan haciendo daño a una sociedad que avanza haciéndose un hueco cada vez más grande ante el resto del MUNDO. Pero parece ser que el tema de la INDEPENDENCIA SIGUE SIENDO UN DESEO IRREALIZADO EN EL PASADO Y ANHELADO POR LAS GENERACIONES FUTURAS. Hasta que se recupere la estabilidad política en Cataluña pueden pasar años. Lo que no se yo es cómo aguantaremos la convivencia entre independentistas y constitucionalistas. Ahora casi la mitad de catalanes estamos divididos.
Antes de seguir con el artículo que he empezado a redactar pero aún no he desarrollado – lo haré tras este PREÁMBULO- quiero añadir un escrito que encontré en LA VANGUARDIA, del que adjunto la foto, porque explica muy claramente la situación social que vivimos los catalanes de España en CATALUÑA.
El pasado 9 de Septiembre llegamos a Astorga en tren a media tarde. Aprovechamos el resto del día para visitar la Monumental Ciudad y en concreto algunas zonas que aún no conocía. Rodeamos parte de la Muralla que se conserva aún. Recorrimos los jardines de sus alrededores y pudimos visitar unas excavaciones que se realizan cerca de un antiguo edificio en una zona próxima a la muralla.
También visitamos un Museo en el que se guardan los estandartes que portan los cofrades en Semana Santa.
Después del paseo regresamos al Hotel Astur Plaza donde nos alojamos.
Al día siguiente iniciamos nuestro peregrinaje desde Astorga a Rabanal del Camino. Etapa llana, con buen tiempo y sin dificultades. La mayor parte se camino en paralelo a una Carretera Comarcal por la que transitan pocos vehículos. En el transcurso de la Etapa pasamos por varias poblaciones en las que pudimos tomar un café e ir al baño. A medio día finalizamos la etapa y comimos en el Mesón donde nos alojamos este día, Mesón el Refugio.
Al día siguiente iniciamos la etapa tras el suculento desayuno que nos ofrecieron Cristina y su familia, que regentan el Mesón EL REFUGIO. Teníamos por delante una etapa muy dura. Más de 32 km hasta Ponferrada. Durante la Etapa, importantes desniveles y curiosidades en el camino dignas de visitar. El primer sitio donde paramos a tomar un café fue en Foncebadón, tras los primeros 6 km de andadura. Más adelante, la famosa Cruz de Ferro. Foto obligada y depositar en los pies de la Cruz una piedra que llevábamos preparada (se acostumbra a depositar allí piedras muy variopintas, pero se recomienda llevar una de casa, si es posible). Bajando a El Acebo recibimos la llamada que nos dejó descolocados, pero a pesar de ello, seguimos caminando. El descenso después de Manjarín es duro, el firme es muy irregular y hay que ir con palos para no sufrir en el trayecto. Nos entretuvimos comiendo en El Acebo, así que la llegada a la siguiente población, Molinaseca, se nos hizo muy dificultoso y nos dieron las 4 de la tarde faltándonos aún más de 7 km por llegar a Ponferrada. Así que decidimos no forzar más y pedimos un Taxi en Molinaseca que nos llevó a destino y descansamos largo rato esta tarde en el Hotel Los Templarios donde Pilar, su dueña, nos atendió con mucho cariño al explicarle lo sucedido en nuestra casa y estuvimos charlando hasta la cena y tomando algo con ella.
Al día siguiente, la etapa de Ponferrada a Vilafranca del Bierzo queríamos hacerla parando a comer en Cacabelos, en La Moncloa de San Lázaro, donde en alguna ocasión he hecho noche en otras peregrinaciones anteriores. Realmente el lugar es curioso y su tienda es espectacular. En esta ocasión compre algunos productos típicos porque mi marido podía cargar más peso que yo y me aproveché de él.
Al llegar a Vilafranca del Bierzo descubrimos que estaban de Fiesta Mayor y la rodilla de mi marido iba de mal a peor, motivo por el que al día siguiente nos quedamos disfrutando de una visita por la Ciudad y decidimos hacer la etapa en taxi después de comer con Pilo, la propietaria de La Puerta del Perdón, el Hotel que teníamos reservado en esta localidad.
Llegamos a Vega de Valcarce a media tarde. Allí nos alojamos en una Casa Rural regentada por Blanca y Miguel, que son los propietarios, además del horno de pan de esta pequeña población y abastecen a otras poblaciones próximas. Ambos son personas muy trabajadoras y cariñosas. El trato al peregrino es cordial y la casa está muy bien atendida, las habitaciones amplias y con baño. Además han habilitado, en la parte inferior, dos apartamentos para alojar más peregrinos que deciden, como vengo haciendo varios años ya, dejar la subida a O Cebreiro para el día siguiente.
Salimos temprano, dejando atrás buenos recuerdos y buenos amigos, pero debíamos seguir camino y la etapa, aunque corta, es muy dura. Los 12 km hasta O Cebreiro se deberían hacer disfrutando del paisaje que te rodea. En el trayecto se deja atrás León para entrar en Galicia por la Provincia de Lugo. Con los años, las pequeñas aldeas campesinas y ganaderas de este tramo han abierto algún que otro bar, prestando servicio necesario a los peregrinos que hacemos esta dura Etapa y sometidos, en muchas ocasiones a tiempo pésimo, lluvias, viento, niebla densa y frío, según la época del año.
En el camino encontraremos curiosidades, como por ejemplo, un joven emprendedor, que en las Herrerías, población que dista 4 km de Vega de Valcarce, tiene varios caballos y ofrece la posibilidad de hacer la subida más cómoda a quien decida gastar unos 35 Euros que cuesta montar a caballo y paso a paso, con guía y tranquilidad, llegar a O Cebreiro sin fatigarse demasiado, pero las agujetas, al día siguiente son lo más duro de sobrellevar.
En O Cebreiro, este año, estrenábamos alojamiento. Casa Martinez es un negocio familiar que ofrece habitaciones sencillas en el edificio junto a la tienda que tienen al entrar a O Cebreiro. Tiene ya muchos años y las habitaciones, por lo menos la nuestra, necesitan modernizarse, así como el baño, pero dormimos cómodos aunque algo estrechos. El alojamiento es muy económico, por lo que relación calidad-precio, es muy correcto.
De nuevo, tras desayunar, reanudamos nuestro peregrinaje -ofuscados por el robo sufrido en casa pero que no nos impidió seguir con nuestro proyecto- y disfrutamos a medida que pasaban los días, del entorno y el paisaje. Galicia es especial, verde y huele siempre a fresco. Antes de descender a Triacastela, final de la etapa de este día, teníamos por delante la subida al Alto de San Roque y posteriormente, el alto del Poio. Y una vez superadas las subidas, iniciamos descenso hacia Triacastela, pasando aún por varias aldeas que nos permitirían descansar o tomar algún tentempié.
En Triacastela suelo alojarme en CASA PACIOS. Uno de los lugares más bonitos que conozco del camino. En medio de campos de cultivo a menos de 2 km del centro y una entrada a la propiedad a través de un sendero vallado que permite, en la distancia, contemplar la finca rural de dimensiones considerables que alberga varias habitaciones amplias con baño y decoradas a modo de museo del campo, con detalles impresionantes, además de otras estancias más amplias, con cocina y varias camas más para albergar a una familia completa. El resto de la finca dispone de salón-biblioteca y comedor con una gran chimenea. La decoración, insisto, es fabulosa y destacan los muebles coloniales y los tapizados de paredes, cortinas y suelos.
Descansar en Casa Pacios es fácil. Al estar apartada del centro de la población y rodeada de campos y bosques. Tuvimos la tarde para pasear por el camino de la finca hasta una Ermita que divisamos cerca de la propiedad. A la hora de cenar nos acercaron a Triacastela y pudimos saludar a otros peregrinos con los que coincidíamos estos días en las Etapas.
Amanecimos relajados y tristes, en cierto modo, porque era ya la última etapa. De Triacastela a Sarria por San Xil. No tengo dudas en cuanto a la otra opción, que es ir por Samos. Ambas son preciosos senderos, cómodos de andar, sin excesivos desniveles y servicios a modo de bar o albergue donde ir al baño o tomar un café o similar. Pero optar por Samos es más largo. Además, hacer estos 3 km de más para no poder visitar el interior del emblemático Monasterio de Samos es, a mi modo de ver, un error. El horario de visitas no está coordinado con el horario del peregrino que tan solo va de paso hacia Sarria y no puede esperar a la tarde para visitar este precioso Monasterio. A mi modo de ver, la opción Samos, se debe plantear como final de Etapa.
Así, paso a paso, llegamos a Sarria sobre las 2 de la tarde. La entrada a esta población es curiosa puesto que nos señalan las flechas por dónde ir pero en realidad, al no conocer la Ciudad, nos hacen dar un rodeo de más de 1 km y medio. Una vez en nuestro Hotel habitual, Mar del Plata, descansamos toda la tarde y salimos a pasear, nuevamente, por los alrededores, por un paseo junto al río Sarria y de regreso al Hotel nuevamente para degustar de la cena en el Restaurante del Hotel que goza de muy buena fama por su cocina, elaborada y con productos de proximidad.
Finalmente, al día siguiente nos desplazamos en Bus hasta Lugo, la Capital y una vez allí otros Bus que nos acercó al Aeropuerto de Santiago de Compostela para regresar a casa por la tarde.
Maravillosos recuerdos de este peregrinaje, a pesar de las circunstancias ya relatadas. Gente amable y sencilla que quedan allí y les dejas pensando que volverás pronto porque el camino tiene algo especial que te atrapa y no puedes resistir el deseo de volver.