En Agosto he tenido la oportunidad de viajar a Galicia para pasar unos días de vacaciones en dos de las Casas Rurales donde suelo alojarme cuando peregrino en Mayo o Septiembre a Santiago de Compostela. Tanto a la ida como a la vuelta de estas vacaciones, hice parada para descansar del viaje (desde Barcelona son más de 900 kilómetros). A la ida en Carrión de los Condes, motivo por el que publicaré en breve otro Post explicando las bellezas de esta localidad del camino en su tramo por Castilla-León. Y a la vuelta, en Santo Domingo de la Calzada.
Mi estancia en el Parador de Turismo de Bernardo Fresneda ha sido, como siempre, placentera y tranquila. Un antiguo Convento de Monjas convertido en PARADOR DE TURISMO. El lugar es emblemático y maravilloso. Pero en esta localidad, curiosa y extrañamente, hay dos PARADORES DE TURISMO. El otro, el denominado de SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, fue un antiguo Hospital que acabó reconvertido en lo que es hoy en día, un Parador de Turismo. Así, los edificios más emblemáticos del casco antiguo de esta histórica población de paso de peregrinos, siguen estando habilitados y rehabilitados, albergando en su interior Museo, Biblioteca o alojamientos privados o públicos a modo, estos últimos, de albergue para peregrinos. Todo ello, como se evidencia, para mantener vivo en leitmtiv del Santo que da nombre a esta población.
Parece triste ver que el casco antiguo va quedando abandonado por sus habitantes más antiguos. La Ciudad crece de forma más moderna en torno a este casco antiguo y por ello hay muchísimas fachadas con el grabado en piedra del escudo heráldico de quien la ocupó originariamente. Pero no por ello deja de tener su encanto, sigue siendo el paso de peregrinos de camino a Santiago por la vía francesa. Entramos y salimos, al día siguiente, recorriendo sus calles adoquinadas y envejecidas que no pierden su encanto.
Aprovechando que tenía tiempo para reiniciar el camino de regreso a casa, sin prisas, visité la Catedral de noche. Una visita guiada que realizan en Agosto a horas concretas y con una duración de hora y media, aproximadamente. Desde las 20’45 hasta las 22h pudimos admirar los secretos de cada rincón y todo a partir de una aplicación adaptada al lugar para iluminar el retablo que en su día ocupaba otro lugar.
Muy interesante y muy ilustrativa visita que nos dejó encantados a todos los que coincidimos allí y que al salir, en su mayoría, acabamos cenando en el Restaurante del Parador de Santo Domingo de la Calzada donde la cocina es exquisita y de gran calidad, predominando los platos de productos de proximidad y con una presentación muy elaborada.
Como no permitían fotografías en el interior de la Catedral, tengo que remitiros a la página web de la propia Catedral, donde podréis apreciar la belleza del Retablo Renacentista que nos mostraron de forma muy curiosa con un efecto de luces y explicaciones ambientadas mediante música y sonidos que te obligaban a sentirte como un artesano de la madera o el pincel, como los que trabajaron en la creación del mismo.
http://catedralsantodomingo.com/