La salida de San Juan de Ortega la hice temprano, con poco desayuno en mi estómago, para enfrentarme a la etapa de casi 30 kilómetros con un punto, a medio camino, que ascendemos por un collado hasta alcanzar los 1400 metros de altura y desde el que se tiene una perspectiva fabulosa de la Ciudad de Burgos, aunque aún nos quedan muchos pasos que dar antes de llegar. El sol hace la etapa muy dura. Pocas sombras y pocas fuentes, así que hay que cargar de salida con bastante agua para no llegar deshidratados, aunque en el camino encontremos algunos (escasos) bares donde tomar algo o poder ir al baño.

A la altura de Villalba me re-encontré con Lynn que había salido algo más tarde de Agés y continuamos la etapa juntas. La entrada a Burgos decidimos hacerla bordeando el Aeropuerto, por Castañares. Por mi experiencia tras otros anteriores caminos, optar por la vía larga es más cómodo, aunque no sea el itinerario histórico, pero la entrada a Burgos con el río Arlanzón acompañándonos por un paseo que circunvala la Ciudad, es mucho más bonito que la otra opción.

Al llegar a Brugos, bastante cansadas, optamos por sentarnos a comer en alguna terraza pero era Domingo y no estaban abiertos todos los Restaurantes en la zona por donde transitábamos. Pero pudimos comer unas tapas y pinchos que nos vinieron muy bien para recuperar fuerzas y seguir hasta el Hotel donde nos alojábamos.  (Lynn tenía otro diferente nuevamente y se quedaba en la Ciudad un par de días haciendo turismo).

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Los últimos 3 kilómetros que tuve que andar hasta mi hotel fueron un sobre esfuerzo considerable bajo un sol de justicia y un asfalto caliente que penetraba la  suela de mis bambas. Pero al llegar a HOTEL ABADÍA CAMINO DE SANTIAGO tuve una recompensa sorprendente y merecida. En  mi habitación,  el baño tenía  bañera-jacuzzi que, por desconocimiento de las obras de remodelación recientes, me llenó de alegría la llegada.

Por la tarde me quedé sin fuerzas para volver atrás y visitar algún Monumento o Iglesia en el centro. Quise reservar algo de fuerzas para salir a cenar a algún bar que dieran el partido de Fútbol que jugaba el Barça contra el Real Madrid, aunque la liga ya estaba sentenciada a estas alturas. Encontré muy cerca del Hotel un par de sitios donde tomar algo ya que está en la las proximidades de la zona Universitaria. La opción de este Hotel es genial porque está a la salida de la Ciudad en el peregrinaje hacia Castrojeriz, que era mi siguiente parada.

Una vez más, dejar el Hotel Abadía Camino de Santiago me llena de nostalgia y ganas de volver allí. El personal es muy amable y el Hotel ha sido reformado recientemente, ofreciendo comodidades extraordinarias y un precio sumamente económico.